Oh María, Virgen de los dolores, Madre de los afligidos a ti Madre Santa que glorificas a los que son justos, sierva humilde del Padre.
Madre amantísima y Purísima del Hijo, esposa abnegada y solicita del Espíritu Santo.
Te doy mi amor y todo mi ser como símbolo de devoción para que lo hagas bendito Sagrada Virgen María que dentro de tus desventuras eres una Madre.
Llena de bondad y piedad, invoco tu nombre en este momento de amargura, para pedir tus favores.
Madre admirable y divina consoladora de aquellos que llenos de padecimiento se regocijan con tu encuentro, ten misericordia de aquellos que devotamente te amamos por tu temblé en el padecimiento y el dolor.
Santa Madre divina, reina de los mártires acudo a ti con devoción porque solo tú sabes lo que es transitar verdaderamente en el dolor, Madre abnegada y solicita ejemplo de devoción que en mi se obre el milagro de encontrar la solución a (diga el problema imposible que desea resolver).
Ayúdame Madre mía a encontrar solución, no desampares a tu hijo que clama a ti con devoción. Amén.